gustepa.livejournal.comможет не все спят еще, у меня несколько фраз - выделены жирным, простите, что так много.
...la decalcomanía inventada por él (composiciones que nacen de presionar al azar una mancha de tinta entre dos planchas), cuyos orígenes se encuentran en las dentrites de la escritora George Sand; los Objetos, algunos de ellos exhibidos en la muestra surrealista de la Galería Charles Ratton en París (1936) como Péregrinations de George Hugnet (1935) y L’arrivée de la Belle Epoque; paisajes cósmicos en los que se une de nuevo su recuerdo de las islas con el espacio como en Lancelot 28º-7º (1938) o superficies litocrónicas en las que representa la cristalización del tiempo.
Allí, en Roma, elaboró los frescos de Santa Trinita degli Spagnuoli, en 1748, obra que le otorgó una cierta fama de la que volvió revestido en su retorno a España, y que le valió el interesante encargo de la decoración, en 1753, de la capilla de Nuestra Señora del Pilar en la célebre basílica zaragozana.
Extendió, entonces, sus colaboraciones con Anton Rafael Mengs y con la Real Fábrica de Tapices de Santa Isabel, a la que entregaba cartones para tapices. (он точно не просто поставлял туда картон, потому что был для этого слишком хорошим художником, может какие-то неявные мне значения есть)
Durante una estancia en Roma le fue encargado un gran lienzo con el Juramento de las Cortes de Cádiz en 1810 para decorar una de las paredes del Congreso de los Diputados en Madrid, y la lograda culminación de la obra le valió la concesión de la encomienda de la Orden americana de Isabel la Católica.
Los veinte últimos años de la vida de Arellano fueron los más ricos e intensos, pues mantenía “una de las más célebres tiendas de pintura que hubo en esta Corte”, a decir de Palomino.
Allí no sólo se pintaban floreros y fruteros, sino también paisajes, alegorías de los sentidos, cacerías, estaciones, retratos reales e imágenes religiosas, seguramente casi de manera industrial.
A esa simbiosis perfecta añadió después el estudio directo del natural en floreros emparejados o formando series de cuatro, por lo general, donde la ligereza, la variedad y la sutileza son las señas de identidad del modo de hacer de Arellano.